JUNEVIL



la Literatura Juvenil ha pasado de la minusvaloración e
invisibilidad en que se hallaba en los IES a ser una “presencia silenciosa”, un
corpus de lecturas del que no se dispone ni de planteamientos didácticos
rigurosos ni de un conocimiento profundo (sigue sin fructificar la opinión
antigua, y no por ello desfasada, de Juan Cervera, de incorporar en las
facultades de Filología el estudio de la LJ y su didáctica), con lo que la práctica
de la lectura acaba siendo una actividad escasamente evaluada y justificada en
las programaciones de los distintos departamentos (sigue, por lo general, sin
leerse en las aulas).
A nuestro juicio, hoy más que nunca es necesario utilizar como
instrumento fundamental para el fomento de la lectura la Literatura Juvenil, un
“subgénero” que permite no sólo una lectura lúdica en unos años cruciales para
formar el hábito lector, sino también una lectura didáctica, en la que tienen
cabida ciertas actividades favorecedoras del pensamiento crítico de los alumnos
y de otros beneficios que ya han sido revelados por ínclitos estudiosos.

La Literatura Juvenil es necesaria para formar cualquier corpus de libros
aptos para jóvenes. Un plan lector debe estar basado, esencialmente, en lecturas
asequibles para un alumnado con heterogéneos niveles de comprensión lectora
(NCL). Y en este panorama, un plan lector para Secundaria, para jóvenes de
entre 12 y 17 años, debe estar basado, fundamentalmente, en libros de
Literatura Juvenil (LJ). 
RECUPERADO 

 Julián Montesinos Ruiz .(NN).NECESIDAD Y DEFINICIÓN DE LA LITERATURA JUVENIL.CLIJ, nº161, Barcelona, 2003(28).36
recuperado de: http://servicios.educarm.es/templates/portal/ficheros/websDinamicas/154/827dabe7.pdf

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